Saturday, March 20, 2010

Contratiempo Marzo 2010 - La Mujer del 2010






En este mes de Marzo, tuve el honor de poder colaborar en la co-coordinacion de el Dossier de Contratiempo acerca de "La mujer del 2010". Fue una experiencia increible y de mucho aprendizaje gracias a "Catalina Maria Johnson", locutora y productora de programas de música latina para estaciones de radio pública , ademas Coordinadora Editorial del Mes de Marzo.





Por ente, Catalina Ma. Johnson nos escribe en Editorial:




En este el mes de la mujer, mes en el que a partir de 1975, por directiva de las Naciones Unidas, también se celebra en su octavo día, el Día Internacional de la Mujer, contratiempo pone a la mujer al frente y al centro, en todos sentidos. El presente ejemplar de marzo del 2010 marca un hito en la historia de la Revista contratiempo: por primera vez, todos los textos de su dossier fueron escritos por mujeres, y dos artistas, Adriana Baltazar y Esperanza Gama, aportan sus visiones artísticas de feminidad para ilustrar los textos.



La periodista radiofónica Tania Unzueta, a través de una serie de entrevistas, nos permite concebir que las divisiones que la sociedad normalmente marca para cada género puedan ser demasiado rígidas, y que sea el género un concepto más bien fluido, intuido en el cuerpo por cada persona en su imaginación, gustos y placeres a través de su historia y sus experiencias. Más en ese viaje hacia quienes realmente somos, frecuentemente lucharemos contra el propio sistema educativo, como nos lo indica el resumen de una investigación extensa de la catedrática Lorena García de la Universidad de Illinois, la cual ofrece amplia evidencia que los sistemas escolares en su (mala) educación sexual van formando percepciones de lo que es una actitud correcta y lo que no la es en los jóvenes estudiantes, siempre dentro de una heternormatividad dictatorial –en otras palabras, una heterosexualidad como norma obligatoria– y a la par, incentiva actitudes nocivas en pro de lo que la sociedad considera “normal”. La lucha por trascender las fronteras impuestas por género no termina en la adolescencia, ni se limita a las escuelas: la escritora y productora Sandra Treviño nos corre el telón del mundo de la farándula latina, y vemos actitudes ante y detrás del escenario, donde la situación de las mujeres ha mejorado, pero no lo suficiente, y las mujeres tienen que armarse de valentía para aventurar sus visión artística musical. La escritora y productora radial Stephanie Manríquez, nos muestra lo que les sucede a mujeres simple y sencillamente por ser mujeres: violencia frecuentemente ocultada y hasta respaldada por una sociedad que se vuelve cómplice de la violencia. Finalmente, Marisa Belausteguigoitia, Directora del Programa de Género de la UNAM, en una entrevista del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlin, ofrece una serie de reflexiones sobre lo que están logrando movimientos artísticos y académicos de chicanas y feministas, que desde los Estados Unidos hacia México, le hallan nuevo y productivo sentido a los íconos clásicos de la Malinche y de la Virgen de la Guadalupe, retomando el poder de la mujer latinoamericana desde los Estados Unidos.



Ser mujer, desde el punto de vista de mujeres. Con miras a que abramos el abanico de posibilidades para todos, ya que la libertad que se le otorgue a la mujer, será compartida por ende con todo ser humano; conmemoremos entonces, el Día de la Mujer afirmando el lema del 2010:



Igualdad de derechos. Igualdad de oportunidades. Progreso para todos.



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Dossier #2


Mujer y Violencia


Por: Stephanie Manriquez


Imagen: Esperanza Gama, Mágicos


Por qué lo permiten? Es una pregunta que rezumba constantemente en mi interior desde hace tiempo al pensar en la agresión dentro del hogar en contra de las mujeres.



La Conexión de Mujeres Abusadas y sus Niños (CAWC por sus siglas en inglés) es una coalición en el área de Chicago que se ha comprometido a poner fin a la violencia doméstica con un planteamiento de apoderamiento, autoayuda y asesoría; además trabaja en el fomento de cambios sociales a través de la educación, la colaboración y la promoción institucional. Dentro de la experiencia de trabajar diariamente con mujeres que han sufrido de violencia doméstica, la CAWC menciona que superar episodios de abuso es algo que comienza con la asimilación del hecho. La víctima debe concientizarse que no tuvo la culpa, que no es responsable por las acciones y decisiones de su agresor, y que no fue el motivo de provocación de las reacciones de aquel individuo. La coalición recalca que este despertar implica la restauración de las mujeres: un proceso doloroso porque el agresor les creó inseguridades. Muchas mujeres cuestionan quiénes son debido a que su agresor pisoteó sus ideas y su personalidad, les robó su perseverancia y les hizo sentirse inútiles y torpes.



El 95 por ciento de los informes policíacos sobre violencia doméstica en Estados Unidos se refieren a hombres que han golpeado a sus compañeras; 9 de cada l0 mujeres asesinadas murieron a manos de sus atacantes; 4 de cada 5 asesinatos ocurren en el hogar. Así que conversando con la CAWC, pregunté ¿Cómo y cuándo podría ser el momento para una mujer decidir salir de un abuso y decir, me voy?



La respuesta fue poco alentadora: realmente no se tiene una oportunidad o un plan perfecto para salir del yugo, pero al verse ante una situación donde la vida y/o la salud mental peligran, se llega a un punto crítico: “o me voy o pierdo la vida”.



En ocasiones, solemos confundir la violencia de género con la violencia doméstica. Según la declaración de las Naciones Unidas sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, de 1994, se define la violencia de género como: “Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada.



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Violencia doméstica



La violencia doméstica hacia la mujer es un derivado de la violencia de género y hace referencia a aquella que se produce dentro del hogar, del marido a su esposa; es una cuestión netamente cultural.



Vivimos bajo las reglas y las normas sociales que se nos han impuesto mucho antes de nuestro nacimiento, determinadas de acuerdo al sexo. Romper dichas normas pueden ocasionar todo tipo de juicios sociales, conflictos familiares e inestabilidades psicológicas en un individuo, por ejemplo: Si una mujer es madre soltera o divorciada, se arriesga a una crítica social intensa, a una desilusión o hasta el rechazo por parte de los padres, lo que lleva a una desvalorización personal. Por ende, según el Departamento de Justicia, una de cada tres mujeres que es víctima de abuso doméstico, prefiere callar y aguantar detrás de la puerta social los malos tratos, antes que enfrentar un juicio social.



Otro punto de interés que mencionó la CAWC es que en muchas otras ocasiones, en núcleos familiares estables, con madre y padre en matrimonio, pero cargados de violencia, los niños crecen acostumbrados a los malos tratos. Cuando esos niños crecen y crean sus propias familias, posiblemente repetirán ese ciclo de violencia o resignación ante la violencia, en el que el hombre ejerce mediante la violencia la autoridad dentro del hogar. Cuando nunca se les ha dicho a las mujeres que la violencia doméstica no es justificable, que no merecen ser golpeadas o insultadas, que son dignas de respeto, valoración, y dignidad, éstas se resignan a creer que realmente deben ser tratadas así.



Reafirmando este punto Claudia García-Moreno, de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que “la violencia contra la mujer se ve respaldada y/o reforzada por normas y valores de género que colocan a la mujer en una situación subordinada con respecto a los hombres”.



El no querer sentirse responsable por la ruptura familiar, ya sea porque “mi hijo/a necesita un padre o porque mi marido es mi único recurso de sustento económico” es un factor de miedo, y contribuye a que sea un gran reto enfrentarse a un mundo sola donde la mujer tendrá la necesidad de salir a trabajar, cuidar niños, encargarse de los pagos caseros, escuela, vestido, comida, etcétera.



Estadísticas nacionales muestran que una mujer que sale de un hogar violento puede regresar nuevamente a este entre 7 y 8 veces. La pregunta es ¿cómo una mujer puede mantenerse segura y firme de su decisión, una vez que escapa a su abuso?



La CAWC respondió que es primordial el conocimiento e información sobre los derechos de la mujer, así como la búsqueda de apoyo y consejo, antes inclusive que la búsqueda de una opción legal, ya que el problema no es sólo de leyes, sino de supervivencia.



Cada caso de mujeres abusadas es distinto. Esas mujeres, tras pedir orientación, y obtener la información necesaria, dependen de sí mismas para sobrevivir, ya que ellas son quienes mejor conocen a su agresor.



El agresor nunca quiere que su víctima obtenga información porque esto representa un peligro para su poderío; ellos buscan completo asilamiento para su víctima. Es por ello que controlan lo que la mujer lee y escucha, con quién habla, a dónde va, a qué hora y por qué. Si ellos llegasen a notar que la mujer busca recursos, sabotearán la meta.



La sobreviviente ha de recorrer un camino extenso de trabajo consigo misma. Debe enfrentar emociones de tristeza, culpa, enojo, indiferencia, en un proceso similar al de una muerte. En algunas ocasiones, si la agresión perjudicó al sistema nervioso, requerirá de tratamiento; necesitará de apoyo emocional para procesar y exteriorizar sus emociones. Lamentablemente, la mejor opción no será con la familia o amistades cercanas ya que éstas no están preparadas para escuchar sin criticar, juzgar y/o culpabilizar a la sobreviviente. Hablar con alguien que pueda guardar su secreto y el tiempo ayudará a aliviar su vacío.



La CAWC es una de muchas opciones para que las mujeres dentro del área de Chicago puedan contemplar una vida distinta. La organización está formada por personas cuya misión es lograr que las mujeres víctimas de violencia recuperen su fuerza, libertad, y capacidad de superación.



Pongamos fin a lo que se ha convertido en una situación social alarmante. La violencia de género, según datos del Banco Mundial, es la primera causa de muerte en mujeres de 15 a 44 años, por encima de las producidas por el cáncer, accidentes de tránsito, la guerra y el paludismo a un nivel mundial.



Para más información sobre la Conexión de Mujeres Abusadas y sus Niños, visitar su página web: www.cawc.org, o llamar al teléfono (773) 278-4566, atención 24/7.

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